martes, 10 de noviembre de 2009
13 de Julio de 2009: Amanecer en Axum
martes, 20 de octubre de 2009
12 de Julio de 2009: TRES obeliscos, TRES lenguas, TRES puntos....
12 de Julio de 2009: El fin del imperio Axumita
viernes, 16 de octubre de 2009
12 de Julio de 2009: Las estelas de Axum
El segundo monolito en pié se encuentra apuntalado y ha regresado a Axum recientemente, hace sólo cuatro años. Este obelisco fue arrebatado al pueblo de Etíope durante el breve periodo de ocupación italiana (1936-1941) por orden de Mussolini y trasladado a Roma en 1937. Años después, Etiopía e Italia firmaron un acuerdo de paz en el que se pactaba la devolución del obelisco pero impedimentos políticos, económicos y técnicos retrasaron el regreso del monumento a su país.
Se piensa que los obeliscos eran monumentos funerarios y que corresponden, según el refinado de su decoración, a diferentes épocas del imperio axumita. En realidad hay estelas semejantes, aunque de menor tamaño, por toda Etiopía, como las estelas de Tiya, al sur de Addis Abeba, que según la leyenda tradicional fueron lanzadas por gigantes.
Al terminar, silenciosamente, nos condujo a un par de tiendas donde traernos a casa algo del colorido de la artesanía etíope.
domingo, 4 de octubre de 2009
12 de Julio de 2009: Visita a Axum. Santa Maria de Sión
viernes, 2 de octubre de 2009
11 de Julio de 2009: Llegada a Axum
domingo, 20 de septiembre de 2009
11 de Julio de 2009: Las Ruinas de Yeha y el mercado de Adwa
lunes, 14 de septiembre de 2009
10 de Julio de 2009. Últimas horas en Wukro: Sesión de peluquería, la imagen más triste y velada con la pequeña periodista
lunes, 7 de septiembre de 2009
10 de Julio de 2009: Café y Bombolino en Wukro
Entramos en un bar y todas las miradas se dirigieron a nosotras como ya era habitual. Mientras esperábamos a que nos trajeran los café-té (hay una técnica especial para que uno quede sobre otro, sin mezclarse en la misma taza) Million tarareaba Redemption Song, de Bob Marley, porque en la pared del local estaba colgado un póster del cantante con el título de esa canción. Ahora se me ponen los pelos de punta cuando lo escucho y recuerdo su voz tímida y vibrante mientras cantaba…
jueves, 3 de septiembre de 2009
10 de Julio de 2009: Llegada a Wukro
Aunque llegamos a Wukro después de lo previsto el Padre Ángel aún no nos estaba esperando. Entramos en sus instalaciones y con los ojos como platos recorríamos curiosas todo cuanto veíamos, pendientes de que Abba Melaku (como el Padre es conocido en Wukro) apareciera por cualquier esquina.
martes, 1 de septiembre de 2009
9 de Julio de 2009: Mañana Mekele

Mekele fue la capital de Etiopía durante el reinado de Yohannes IV (1871-1889) y desde 1881 la sede del gobierno regional del Tigray. El palacio del emperador fue construido en 1882 por un arquitecto italiano y actualmente es sede del museo de la ciudad.
Mekele es una de las ciudades más grandes y modernas de Etiopía. Llegamos a media tarde y tuvimos tiempo de dar un paseo por la ciudad. Hicimos el camino de ida y vuelta por una larga avenida repleta de tiendas y de gente. No había luz en la ciudad y cuando anocheció el paseo se convirtió en un ejercicio de no pedernos de vista y no chocar con nada ni nadie al mismo tiempo. Fue el único día en que optamos por no llevar las mochilas en la espalda (Mekele era definitivamente una ciudad más moderna…. ).
Entramos en todas las tiendas de electrónica que encontramos en el camino (y fueron muchas) en nuestra búsqueda infructuosa de la tarjeta, y aunque esa noche no hubo éxito nos recomendaron una última tienda en la que por fin, a la mañana siguiente, pudimos encontrar lugar para las preciosas fotografías de Anunci.
Después del paseo regresamos al hotel cargadas de cuadernos y bolígrafos que compramos en una papelería, a la luz de las velas, para los niños del proyecto. Nos fuimos temprano a dormir: el Padre Ángel nos esperaba al día siguiente, a las once de la mañana –hora occidental- en Wukro.
Cuando a la mañana siguiente salimos de Mekele estábamos impacientes y en mi caso también algo nerviosa por nuestra visita a Wukro… era realmente un sueño estar tan cerca… me impresionaba pensar en lo fácil que había sido todo, un año antes ni siquiera conocía a las personas con las que estaba y ahora, concatenando unos acontecimientos con otros, estaba viviendo una experiencia muy emocionante sin prácticamente haber hecho ningún esfuerzo.
Estábamos allí, entre otras cosas, porque casualmente, paseando por la sección de libros del centro comercial las pasadas Navidades me encontré con el libro “Ángeles de Wukro”. Este libro, para los que no hayáis oido hablar de él, ha sido escrito por una periodista, Mayte Pérez Baez, y describe no sólo el trabajo y la dedicación del Padre Ángel Olarán en Wukro sino también su experiencia vital durante el tiempo que pasó allí como parte integrante del proyecto, así como testimonios y reflexiones acerca de la pobreza y la línea divisoria cada vez más grande que separa la miseria de la abundancia. El libro acababa de publicarse y reconozco que no sabía nada al respecto aunque si conocía, a través de los medios de comunicación, la labor del Padre Ángel en Etiopía. El caso es que la imagen de la portada de “Ángeles de Wukro” me puso alerta desde el primer momento pues no tuve ninguna duda de que ese libro estaba relacionado con Etiopía.
Sin poder remediarlo compré el libro y lo devoré la siguiente semana. A partir de ese punto, todo se fue desencadenando sólo. Buscando información por internet conocí más detalles sobre el trabajo impecable del Padre y me encontré con la posibilidad de viajar a Etiopía a través de la Fundación Ángel Olarán, en LLeida. Empecé a plantearme muy seriamente la posibilidad de hacer ese viaje y cuando Anunci me comentó que ella también estaba fantaseando con viajar a Etiopía lo tuvimos claro, más adelante se unió Irene y…. ¡¡¡¡ estábamos allí !!!.
sábado, 22 de agosto de 2009
8 de Julio de 2009: Momentos en Lalibela
Estas son algunas de las joyas que nos encontramos en Lalibela:
Durante toda la visita a las Iglesias nos acompañaron, a parte de nuestros guías, dos personas, uno de ellos era un guía local destinado a enseñarnos y explicarnos el complejo y el otro, servicial y sonriente en cada momento, se encargaba de llevar nuestro calzado (para entrar en los templos es necesario descalzarse) de la puerta de entrada a la puerta de salida de cada una de las iglesias. Nadie nos explicó si ese era su trabajo o simplemente lo hacía para ganarse el alimento con la propina que por supuesto le dimos, pero el caso es que nos quedamos con la boca abierta la primera vez cuando al salir por una puerta distinta a la de entrada nuestros zapatos estaban milagrosamente esperándonos. Y lo más sorprendente de todo es que desde el primer momento supo exactamente cual era el calzado de cada cual. Era un hombre realmente entrañable:
La visita a los dos grupos de Iglesias la dividimos en dos, visitamos el primer grupo por la mañana, y el segundo y Bete Giorgis por la tarde. Entre medias comimos injera en un restaurante tradicional cercano al hotel y fantaseamos con la idea de montar un restaurante etíope en Madrid (¡no hay ninguno!). Antes de comer, en la parte de fuera, estuvimos entreteniéndonos con un juego de origen africano llamado GABATA (también llamado WARI http://www.efdeportes.com/efd9/jue9131.htm). Había un tablero hecho de piedra cerca de la puerta y aunque Million no se acordaba muy bien de las reglas del juego, un hombre que andaba por allí se sentó con nosotros y echaron juntos una partida (un ejemplo más de amabilidad). :
Mientras jugaban me di cuenta de que el reloj del hombre marcaba las 8 de la tarde, me fijé porque sí, sin ser consciente de ello, pero luego por la tarde, cuando visitamos una de las iglesias y vi que el reloj marcaba las diez, me vino a la cabeza nuestro amigo de la comida y recordé haber leído en algún sitio que los etíopes tienen un horario diferente al occidental. Efectivamente, ellos toman como referencia el amanecer de modo que su reloj empieza a contar a las 6 de la mañana. Por tanto, si queremos pasar de la hora occidental a la hora etíope debemos de restar seis horas.
Por la tarde, la visita del segundo grupo de iglesias se vio completamente eclipsada por Bete Giorgis, que es impresionante desde cualquier perspectiva no sólo por su arquitectura sino también por su emplazamiento. En el itinerario primero se contempla la Iglesia desde arriba y después hay que bajar por una cuesta y atravesar un pequeño tunel, excavado en la roca, que conduce directamente a la entrada principal de Bete Giorgis. En su interior el espacio resulta reducido y su decoración es similar al del resto de Iglesias, de una completa austeridad exceptuando las cruces, libros antiguos y demás enseres ceremoniales (bastones, tambores y sistros) que el sacerdote muestra a los visitantes. Es habitual que los turistas hagan fotos de estos momentos, por sus ropas, por lo espectacular de las cruces, por lo distinto de las imágenes religiosas que nosotros conocemos, y por eso los sacerdotes, cuando exponen sus cruces, o enseñan los libros, adoptan unos gestos y unas posturas dignos del mejor de los posados. Es una situación curiosa, que choca bastante con el contexto y con el embelesamiento en que se encuentran los monjes momentos antes. El sacerdote de Bete Giorgis estaba tan acostumbrado a las fotos que sacó de entre sus cosas unas gafas de sol en cuanto oyó la palabra Flash
Cuando dejamos Bete Giorgis una mujer, cubierta de blanco, se acercó a rezar a la Iglesia. Rezó durante mucho tiempo, inmóvil desde la distancia. Es muy frecuente ver escenas así, en Lalibela y en el resto del país, de hecho sólo los monjes de Lalibela rezaban en interior de las iglesias. Esto es así porque los fieles de la Iglesia Ortodoxa de Etiopía siguen los llamados “cuatro estados de pureza ritual” según los cuales los cuales los fieles pueden o no penetrar en el templo.

Más adelante dos niños salieron a saludarnos. Eran los hijos del religiosos y para nuestra sorpresa usaron el español para pedirnos un caramelo. Es increíble la capacidad que tienen para aprender palabras en otro idioma, cuando intentas intercambiar palabras entre el amárico y el español repiten a la perfección cada cosa que les dices. Sin embargo nosotras…. Todo lo que hemos aprendido en dos semanas es ameseguenaleu (gracias) y de mala manera.
A la vuelta de las iglesias nos tomamos un café-te en el hotel( mezclan el café y el té de tal manera que pueden diferenciarse perfectamente, el té queda abajo y café arriba, merece la pena probarlo) maravilladas de la intensidad de los colores de Lalibela
Mientras tanto Anunci seguía buscando una tarjeta para su cámara de fotos, y la verdad es que la hubiera conseguido en Lalibela de no haber sido tan efusiva. Anunci es una de las personas más expresivas que conozco y tenía tal desesperación por la pérdida, que cuando la mujer de la tienda le dijo que las tenía poco menos que se avalanza sobre Million. Evidentemente, semejante muestra de alegría le sirvió a la dependienta para subir el precio de manera exagerada, con lo que nos fuimos de Lalibela sin tarjeta y con la esperanza de tener más suerte en Mekele.
Recuerdo con especial cariño la segunda noche que pasamos en Lalibela. Ese día no había luz y tuvimos que cenar a la de las velas. Realmente pienso que eso fue un regalo porque se creo un ambiente muy especial alrededor de la mesa. Hablamos bastante y aunque se había roto el hielo desde el primer día en ese momento me gustó sentirme entre amigos, olvidando por completo que ellos eran los guías y nosotras las turistas. Solomon empezó a perder la vergüenza y antes de irnos nos sorprendió con sus primera palabras en español, nos dijo: MAÑANA MEKELE
Y al día siguiente partimos de Lalibela con dirección a Mekele.