lunes, 15 de noviembre de 2010

Bienvenidos a Wonji


Parte muy importante de la familia ABAY en Etiopía vive en Wonji, por eso, aunque dejamos con pena la escuela de Abugida, nos lanzamos de nuevo a la carretera con impaciencia de llegar pronto a Wonji.
Llegamos tarde a la hora de la comida y comimos injera en un bar de la ciudad. Después de la comida y de la reunión con algunos etíopes-cubanos de allí realizamos una visita al silencioso hospital de Wonji. Recorrimos los pasillos, entramos en el paritorio y con nuestros propios ojos pudimos apreciar lo que tanto se demanda en los medios de comunicación, la aplastante ausencia de médicos en África.

Wonji es un lugar tranquilo, situado en una meseta verde donde el viento lleva y trae el silencio de extremo a otro. Y en esa paz de última hora de la tarde la llegada tan poco común de farenjis desató una maravillosa cascada de alboroto en los niños. Los pequeños corrían detrás nuestro, los adultos nos miraban tímidamente desde las puertas de madera de sus casas.

Pasamos una tarde familiar, muy entrañable, muy especial, muy emotiva. Aprendimos por ejemplo, que la comunicación es algo que trasciende al lenguaje y que el poder de una mirada, de una sonrisa, puede darle una vuelta completa al alma, aunque sea la primera vez que esas personas se ven y no compartan ni una sola palabra en el mismo idioma.