lunes, 7 de septiembre de 2009

10 de Julio de 2009: Café y Bombolino en Wukro

Con semejante recibimiento llegamos tarde a la ceremonia del café…
El café es originario de KAFFA, en la región etíope de Sidamo, lugar de donde deriva su nombre aunque paradójicamente en Etiopía se le denomine bunna. Desde allí su uso se extendió a las regiones de cultura islámica a través de caravanas de mercaderes árabes y posteriormente se difundió por Europa partiendo de Turquía.
Tradicionalmente se cuenta que fue un pastor el que cayó en la cuenta de que sus cabras se volvían especialmente inquietas y nerviosas cuando comían el fruto de determinado arbusto. Al parecer este hallazgo interesó especialmente a los monjes de un monasterio cercano, que fueron los que se iniciaron en el consumo del café para mantenerse despiertos durante las largas noches de oración.
La preparación del café en Etiopía representa mucho más que una simple infusión, es el símbolo por excelencia de amistad y hospitalidad.
La preparación del café es una ceremonia sumamente solemne, todo un rito en el que se emplea bastante tiempo, un tiempo dedicado tanto a la elaboración del café y como a la creación de una intimidad especial entorno suyo.
La preparación de la ceremonia del café es ya en si misma una ceremonia en la que la anfitriona (son las mujeres las encargadas del ritual) esparce por el suelo flores y plantas formando un círculo que por un lado delimita el espacio dedicado a la preparación del café y por otro simboliza la unión entre el hombre y la naturaleza. Sobre esta alfombra de plantas, lugar sagrado que no se debe pisar ni atravesar, se disponen todos los utensilios necesarios para la elaboración del café. También, se enciende incienso con el fin de ahuyentar los malos espíritus de la casa.
Una vez iniciado el ritual la preparación del café comienza con el tueste del grano sobre un hornillo de hierro denominado bret mitad. Una vez tostado el grano se muele manualmente en un mortero llamado mukecha, se deja hervir en la ÿebënna (cafetera tradicional) y se sirve en unas pequeñas tacinas llamadas sini dispuestas sobre la rekebot, una pequeña mesita de madera.
Tradicionalmente se toman tres tazas de café en cada ceremonia, cada una de las rondas recibe el nombre de abol, tona y berreka. La primera de estas rondas, la de sabor más intenso, va dirigida a las personas de más edad y huéspedes y las dos restantes a todos los presentes en la ceremonia.
Es habitual por otro lado, acompañar el café con palomitas, garbanzos tostados, pan tradicional o y algunas bebida tradicional como el teich (vino casero hecho a partir de agua, miel y lúpulo). Parece ser que esta combinación responde a la intención de rendir culto a los antepasados, siempre presentes en la cultura africana en general y en la etíope en particular.
En Wukro apenas llegamos a la tercera ronda, pero si tomamos grandes dosis de lo que la ceremonia del café simboliza, de hospitalidad. Como todas las casas en las vistamos un Wukro una única habitación servía de dormitorio, cocina y sala de estar. Sentados entre las camas y algunas sillas unas diez personas, adultos y niños, nos repartimos en círculo alrededor de la anfitriona, completamente entregada a la ceremonia y sus invitados. Llegamos justo cuando fregaba las tazas de la segunda ronda y servía las de la tercera. El café estaba caliente y era lo más indicado para el momento; fuera estaba lloviendo a cántaros y traíamos los pies llenos de barro.


El café terminó pero no la ceremonia. Desde fuera, acallado el alboroto de los niños con la lluvia, debían de escucharse nuestras voces por todo Wukro… Sin conocer a nadie estábamos en familia, asombradas de escuchar a los más pequeños cantar en euskera (los voluntarios que han participado en el proyecto han dejado sus huellas en Wukro, incluso hay niños con nombres vascos en recuerdo del médico que atendió a la madres en el momento del parto) y felices de compartir ese momento. Nos despidieron como nos recibieron, con un cálido abrazo. A decir verdad nos sentimos abrazadas durante toda la ceremonia.
Después del café fuimos a visitar la iglesia de Wukro Cherkos, otra impresionante iglesia excavada en la roca aunque no completamente monolítica. Esta iglesia está dedicada a San Ciriaco y su interior está decorado por columnas y tallas decoradas en el siglo XV. El techo, también decorado con pinturas, se encuentra muy deteriorado por el incendio que tuvo lugar en el siglo X durante el reinado de la reina Judith. Como tantas iglesias de Etiopía Wukro Cherkos también alberga su pequeño tesoro, una réplica del venerado Tabot (Arca de la Alianza).

Al salir de la iglesia continuaba lloviendo intensamente, así que decidimos parar a tomar algo a la espera de poder seguir conociendo Wukro.
Entramos en un bar y todas las miradas se dirigieron a nosotras como ya era habitual. Mientras esperábamos a que nos trajeran los café-té (hay una técnica especial para que uno quede sobre otro, sin mezclarse en la misma taza) Million tarareaba Redemption Song, de Bob Marley, porque en la pared del local  estaba colgado un póster del cantante con el título de esa canción. Ahora se me ponen los pelos de punta cuando lo escucho y recuerdo su voz tímida y vibrante mientras cantaba…


Llegaron los cafés y el momento de conocer el dulce etíope, una especie de donut enorme llamado BOMBOLINO. Las tres dijimos al probarlo “qué rico” y Solomon, que ya se había arrancando a aprender de nosotras unas cuantas palabras en español repitió encantado “qué rico”, y a partir de ese momento y para siempre (al menos para nosotras) los bombolinos empezaron a llamarse simplemente QUÉ RICO.

Del bombolino regresamos a las instalaciones del padre Ángel donde nos esperaba la noche, la parte más sobrecogedora de nuestro paso por Wukro.

2 comentarios:

  1. Ja,ja,ja. Pues anda que no nos dió juego el "querico". Al final tuvimos que explicarle a Solomon lo que significaba, porque ponía los ojos como platos cada vez que lo exclamábamos y no había ningún bombolino cerca.
    Por cierto, Cristina, no sé cómo eres capaz de recordar tantos detalles. Sigo leyéndote encantada.

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  2. Además de tu super-memoria! tienes la capacidad de transportarnos a Etiopía!!! Nos encanta vuestro viaje, muchas gracias por compartirlo! Por favor sigue escribiendo!

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