martes, 1 de septiembre de 2009

9 de Julio de 2009: Mañana Mekele

Salimos temprano de Lalibela con destino a Mekele. Nos esperaba otro día de carretera con destino a Mekele, un día de 279 kilómetros. Un día más de paisajes asombrosos, montañas, rostros y gestos impactantes que surgían de cualquier parte, como por arte de magia. Ninguna pista, ninguna carretera, ningún poblado era igual al anterior, siempre tenían sus características únicas, siempre sorprendentes:








Mekele fue la capital de Etiopía durante el reinado de Yohannes IV (1871-1889) y desde 1881 la sede del gobierno regional del Tigray. El palacio del emperador fue construido en 1882 por un arquitecto italiano y actualmente es sede del museo de la ciudad.

Mekele es una de las ciudades más grandes y modernas de Etiopía. Llegamos a media tarde y tuvimos tiempo de dar un paseo por la ciudad. Hicimos el camino de ida y vuelta por una larga avenida repleta de tiendas y de gente. No había luz en la ciudad y cuando anocheció el paseo se convirtió en un ejercicio de no pedernos de vista y no chocar con nada ni nadie al mismo tiempo. Fue el único día en que optamos por no llevar las mochilas en la espalda (Mekele era definitivamente una ciudad más moderna…. ).

Entramos en todas las tiendas de electrónica que encontramos en el camino (y fueron muchas) en nuestra búsqueda infructuosa de la tarjeta, y aunque esa noche no hubo éxito nos recomendaron una última tienda en la que por fin, a la mañana siguiente, pudimos encontrar lugar para las preciosas fotografías de Anunci.

Después del paseo regresamos al hotel cargadas de cuadernos y bolígrafos que compramos en una papelería, a la luz de las velas, para los niños del proyecto. Nos fuimos temprano a dormir: el Padre Ángel nos esperaba al día siguiente, a las once de la mañana –hora occidental- en Wukro.

Cuando a la mañana siguiente salimos de Mekele estábamos impacientes y en mi caso también algo nerviosa por nuestra visita a Wukro… era realmente un sueño estar tan cerca… me impresionaba pensar en lo fácil que había sido todo, un año antes ni siquiera conocía a las personas con las que estaba y ahora, concatenando unos acontecimientos con otros, estaba viviendo una experiencia muy emocionante sin prácticamente haber hecho ningún esfuerzo.

Estábamos allí, entre otras cosas, porque casualmente, paseando por la sección de libros del centro comercial las pasadas Navidades me encontré con el libro “Ángeles de Wukro”. Este libro, para los que no hayáis oido hablar de él, ha sido escrito por una periodista, Mayte Pérez Baez, y describe no sólo el trabajo y la dedicación del Padre Ángel Olarán en Wukro sino también su experiencia vital durante el tiempo que pasó allí como parte integrante del proyecto, así como testimonios y reflexiones acerca de la pobreza y la línea divisoria cada vez más grande que separa la miseria de la abundancia. El libro acababa de publicarse y reconozco que no sabía nada al respecto aunque si conocía, a través de los medios de comunicación, la labor del Padre Ángel en Etiopía. El caso es que la imagen de la portada de “Ángeles de Wukro” me puso alerta desde el primer momento pues no tuve ninguna duda de que ese libro estaba relacionado con Etiopía.
Sin poder remediarlo compré el libro y lo devoré la siguiente semana. A partir de ese punto, todo se fue desencadenando sólo. Buscando información por internet conocí más detalles sobre el trabajo impecable del Padre y me encontré con la posibilidad de viajar a Etiopía a través de la Fundación Ángel Olarán, en LLeida. Empecé a plantearme muy seriamente la posibilidad de hacer ese viaje y cuando Anunci me comentó que ella también estaba fantaseando con viajar a Etiopía lo tuvimos claro, más adelante se unió Irene y…. ¡¡¡¡ estábamos allí !!!.
Parecía, como digo, un sueño....







7 comentarios:

  1. O sea, que nuestro viaje empezó con ese libro....... Yo llevaba tiempo pensando en visitar Etiopía, pero no sabía con quién ir. Suerte que aparecísteis vosotras. "Wich means..."

    ResponderEliminar
  2. Entre otras cosas, creo que las tres hubiesemos ido de cualquier manera, pero fue "ese viaje" en parte por el libro...

    ResponderEliminar
  3. Y allí estábamos las 3. Y ahora aquí. Y mañana las 3 volvemos a ver a Mitiku, de 3 años, al que conocemos gracias al viaje, y le daremos la bienvenida a España. Empieza su nueva vida.

    Realmente se me alegra el corazón con estas lecturas (gracias de nuevo, Cris). No para de ser emocionante cada cosa que recibimos de allí.

    ResponderEliminar
  4. Hola, sigo con interes vuestros relatos, en unos meses estaremos alli viviendolo en persona!!
    Iba a preguntaros como organizasteis el viaje en el tema de coche, guia, etc... pero he leido que fue a traves de la fundacion olaran ¿ellos se encargan de todo o contratasteis por vuestra cuenta el coche y el guia?
    un saludo Ruth

    ResponderEliminar
  5. Hola Ruth, viajamos con la fundación, pero a su vez ellos trabajan con una agencia en Etiopia. Si entras en su página web (http://blackiconstour.com/) puedes contactar con ellos directamente.... ¡¡¡¡¡ son realmente encantadores!!!!!.

    ResponderEliminar
  6. Todo Etiopia es fascinante y sobrecogedor

    ResponderEliminar
  7. Todo Etiopia es fascinante y sobrecogedor. Solo se (la) ve bien con el corazón

    ResponderEliminar